No sé si lo volverán a hacer pero por si lo intentan el movimiento independentista debería hacer varias cosas.
Primero, echar a toda la clase dirgente todavía en activo.
Todos a la puta calle: Junqueras, Aragonès, Turull, etc.
No puede quedar ninguno.
E incluyo a los palmeros. Tan o más responsables que los otros.
Los hay que todavía colean: Puigdemont, Comín, Ponsatí, Puig.
Hay que dejarles incluso sin sueldo público. Que sepan los que es trabajar. Especialmente a los expresidentes.
Están de suerte porque a algunos, como a Borràs, igual le quedan sólo dos telediarios. Y por méritos propios.
Es evidente que si -tras cinco años de matraca- no han culminado la independencia no la harán nunca.
Lo del “embate democrático” y la “confrontación” ya no cuela.
Es una manera como cualquier otra de marear la perdiz, embolicar la troca, vivir del cuento.
Por el mismo motivo deberían generar nuevos liderazgos.
Gente que no esté habituada a vivir del momio o de la Generalitat.
Dirigentes con 80.000 o 90.000 euros de sueldo -más en caso de conseller- no harán nunca la independencia.
Lo que los interesa es precisamente alargar al máximo el “conflicto”.
Ya sé que costará y hay que empezar de cero.
Pero los que están no sirven.
Tercera, aterrizar: tocar de pies en el suelo.
Ni el món ens mira ni España es Turquía.
Pero es que, además, no habrá ni referéndum ni amnistía.
Va que chuta con los indultos, la sedición y la malversación. Que ya es mucho.
De hecho lo primero que ha dicho el nuevo presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido, es que "la Constitución no permite la autodeterminación".
¡Y es de los progres! A éste no le pueden llamar "facha con toga".
Cuarta: soltar lastre.
Seguramente es la que costará más porque el proceso se ha nutrido, por lo que respecta al material humano, de cantamañanas, jetas, conversos y palanganas.
También a frikis.
Porque mira que hemos pasado vergüenza con el proceso.
TV3 les daba cancha.
Y algunos han llegado a las capas altas del movimiento e incluso del Govern.
Sólo cumpliendo estas exigencias tiene el independentismo unas mínimas posibilidades de recuperarse a la larga -pongamos quince o veinte años- y que en Europa los tomen un poco en serio.