La crisis de la pandemia ha servido para ver que en Madrid gobiernan igual de mal que aquí.
Pero que aquí no lo harían mejor. Más bien al contrario. No inspiran confianza.
Ha sido un permanente estira y afloja.
Poner palos a las ruedas.
Llevar la contraria.
Marcar paquete.
Tampoco sé si esta sobreexposición mediática les beneficia.
Hasta lo criticó en su día un exalto cargo del Govern.
Budó mira la chuleta incluso para las respuestas. Se nota que llegó recomendada por Puigdemont.
Buch debe tener aspiraciones presidenciales.
Ha tenido momentos brillantes. Como el día de la Mona o el de las mascarillas 1.714.
Vergés ha ido de menos a más con algunos paréntesis en muertos y residencias.
A Homrani tendrían que haberlo echado hace tiempo. Si sale sin responsabilidadades judiciales será un milagro.
¿Cuál es el resultado?
Pues ya lo ven.
Sólo el 2,9% cree que el Govern está resolviendo “los problemas de la pandemia”.
Tienen suerte porque ha calado la idea de que “necesita más competencias”, que es lo que repiten hasta la saciedad: el 45,5% piensa así.
Pero fíjense que es el mismo porcentaje de voto indepe que en las elecciones del 2017 (47,5%) y en las del 2015 (47,75) con una ligera tendencia a la baja. A ver si esta tendencia a la baja será decisiva para perder el poder.
Mientras que un 40,4% cree sencillamente que “no sabe cómo resolver los poblemas de la pandemia”.
Por eso creo que el Govern ha aflojado en su oposición frontal.
Está por ver si ello se traduce en desgaste electoral.
El independetismo ha sido hasta ahora inasequible al desaliento.
Todavía peor: ha demostrado un nulo espíritu crítico.
Más bien confunde la crítica con la alta traición.
Y eso que los países sin autocrítica no avanzan.
La ley electoral también beneficia siempre a los mismos.
Por eso Pujol no la tocó nunca con la excusa del consenso.
¡Para que la iba a tocar si ganaba!
Y luego está toda la estructura mediática creada con mucho tiempo, dinero y personal: TV3, Rac1, Catalunya Radio, El Punt-Avui, el Ara, digitales.
Por mucho que quieras escapar es casi imposible: Rac1 y Catalunya Ràdio tiene la mejor cobertura de todo el territorio. A Josep Cuní cuesta encontrarlo. Las emisoras españolas ni les cuento. La Cope se la cepillaron hace años.
También es casi inevitable ver los informativos de TV3. Ni que sea por información de proximidad.
¿Pero quién piensa ahora en el proceso?
Ya nada será igual.
A ver quién es el guapo que lo compara con una crisis humanitaria como hizo el presidente Torra tras llegar al cargo.
Yo no sé si España está ahora para mesas de diálogo.
Los presos más vale que se lo vayan metiendo en la cabeza.
Siempre pueden hacer caer a Pedro Sánchez como amenazaba el otro día Rufián.
Ojalá. Que lo prueben.
Soy de los que creen que el presidente del Gobierno tiene una flor en determinada parte de su anatomía.
Pero yo de ti, Gabriel, no tentaría la suerte.
Tú mismo lo dijiste el 29 de agosto del año pasado en aque debate de investidura frustrado: “Casado, Rivera, Abascal y los suyos esperan sentados”.
Con la única salvedad de que Rivera ya no está. Da igual.
Aunque yo creo que, en el fondo, es lo que quiere el independentismo: es la única manera de resucitar el proceso.
Poder decir: "¿véis? todos los españoles son iguales".
A mí siempre me ha parecido una estrategia suicida. Suerte.