¿Soy yo o tengo la sensación de que se está blanqueando a Bildu?
La primera vez que tuve esta impresión fue el pasado domingo 3 de julio leyendo El País.
Daban una página entera con una entrevista a Maixabel Lasa y Luis Carrasco, uno de los etarras que mataron a su marido, el socialista vasco Juan María Jáuregui, en el año 2000.
Hace once años, cuando tuvieron su primer encuentro en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava), ya fue muy comentada y ahora repetían.
Desde luego era un tema de interés humano pero no dejaba de ser curioso que el citado diario más próximo a Moncloa pero del 25 aniversario, tratase más este asunto que el 25º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Es cierto que el ABC había roto el silencio el día anterior con una portada y dos páginas interiores pero al fin y al cabo es también un diario próximo al PP y el mencionado Miguel Ángel Blanco era concejal de este partido.
Mi sensación acabó de consolidarse cuando leí una crónica en La Vanguardia -del pasado 7 de julio- en el que había un párrafo llamativo.
La crónica en cuestión explicaba que el exlehendakari José Antonio Ardanza había reaparecido “para lamentar que el entonces gobierno presidido por José María Aznar (PP) no hiciera ‘ningún esfuerzo para dar una salida’ a ETA”.
¡Vaya por donde, la culpa la tiene Aznar!
Si Aznar no existiera habría que inventarlo! Es el punching ball de la izquierda, el nacionalismo vasco y catalán y determinada prensa.
Finalmente me convencí del todo con los intentos del alcalde de Ermua, el socialista Juan Carlos Abascal, de no dejar dejar hablar inicialmente a Marimar Blanco, hermana de la víctima.
No sé si para complacer a sus superiores o a La Moncloa.
Al fin y al cabo el PSOE acababa de pactar la Ley de Memoria Democrática nada menos que con Bildu. Esquerra se abstuvo.
Que supongo que significa enmendar todo el relato histórico de la Transición.
Por supuesto se podrían haber hecho las cosas de otra manera pero la Transición fue un éxito.
Tras la de Sudáfrica, donde salían de un régimen de apartheid, es la segunda mejor de la historia.
La prueba es que el ruido de sables -tan presente aquellos años cuando ETA mataba 80 o 90 personas cada día, muchos de ellos militares- ha desaparecido totalmente.
Por eso, yo siempre reivindico la Transición. Y ya de paso a Adolfo Suárez, al que tan mal trató la vida y la política.
Me quedo con las ganas de imaginar que deben pensar los militantes -y especialmente los votantes- del PSOE de Valladolid, de Andalucía, de Galicia o de Valencia al ver que los dos principales socios parlamentarios son Bildu y ERC. Dos partidos que, en teoría, están contra el Estado.
Al fin y al cabo son los herederos de la histórica Herri Batasuna. Aunque, por supuesto, más vale que estén dentro de las instituciones que fuera apoyando a los que pegan tiros.
Pero una de las cosas que más me sorprende del proceso es que Arnaldo Otegi haya sido elevado a los altares.
Lo mismo: mejor dentro que fuera. E incluso podría destacarse su papel en el denominado proceso de paz.
Pero no hay que olvidar el daño causado por ETA también en Catalunya: entre Hipercor, Vic, Sabadell, etc.
En cambio, en los mítines de Esquerra, Arnaldo Otegi es la estrella.