A mi me enseñaron de pequeño que, en efecto, los niños tienen pene y las niñas tiene vulva. Pero yo -que nací el año que se cepillaron a Kennedy- tengo ya cierta edad. Felizmente las cosas han cambiado mucho desde entonces.
Por eso todo el respeto para los miembros del colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Pueden hacer con con su cuerpo lo que quieran. Sólo faltaría. Pero el autobús de Hazteoir también puede circular. Es libertad de expresión.
Y que conste que yo -como ya he dicho en alguna ocasión- soy agnóstico. No pasé de la primera comunión para desesperación de mi abuela, que era de misa todos los domingos. Me casé por lo civil en un par de minutos y mis hijos no están ni bautizados.
Pero si son ultracatólicos -o simplemente católicos- entiendo perfectamente que estén en contra. Están contra el divorcio, el aborto, los matrimonios homosexuales y las adopciones gay. Que le vamos a hacer. En todo caso están en su derecho.
Sin embargo hay un poco dos varas de medir. En Las Palmas hicieron un carnaval con una drag queen disfrazada de Virgen María. Parece que el espectáculo derivaba entonces hacia la crucifixión de Cristo. Pero la cosa ha tenido poco eco.
Yo sólo vi una referencia en un periódico de derechas como el ABC y en El Periódico, donde hacían escarnio porque el obispo de Canarias, Francisco Cases, dijo que se había sentido más afligido por la virgen drag queen que por el accidente de Spanair.
Sin duda un desliz verbal. Pero los católicos de Canarias también pueden haberse sentido ofendidos. De hecho, creo que hay unos 1.200 millones en todo el mundo aunque, como ya he dicho antes, yo me excluyo.
En cambio el autobús ha llenado páginas y páginas. En realidad, a los de Hazteoir les han hecho la campaña gratis. Este domingo ya hacían un encarte en un periódico de Madrid. A este paso van a subir como la espuma.
Pero que diferencia entre Madrid y Catalunya. En Madrid no lo dejaron circular pero aquí lo inmovilizaron, lo multaron y les obligaron a sacar todos los carteles. Al presidente de la entidad, Ignacio Arsuaga, incluso le lanzaron huevos en la localidad barcelonesa de Pallejà.
Y en Barcelona, en las inmediaciones de la Catedral, los Mossos han tenido que rescatar a otro miembro de la organización. Un diaro aparentemente serio com La Vanguardia hablaba al día siguiente de “pelea”. Pero en realidad no fue una pelea, fue una agresión. Hasta se vio en TV3.
Supongo que todo ello refleja también el cambio de paradigma. Una de las consecuencias del proceso -que acabarà pagando el PDECAT en las próximas elecciones- es que nos hemos cargado el marco mental. Ahora en Catalunya hay que ser más progre que nadie.
A veces me preguntó también -ahora definitivamente me meteré en un berenjenal- sí existe un lobby gay. Recuerdo que hace un par de años Dolce & Gabbana cuestionaron las adopciones gays y tuvieron que recitificar. Los pusieron a parir homosexuales como ellos.
En el 2014 el Parlamento catalán aprobó la Ley contra la Homofobia. Tuvo una tramitación exprés -sólo superada por la próxima reforma del reglamento- en parte por las presiones de la CUP. Desde entonces si alguien te acusa de homofobia tienes que demostrar tu inocencia, no que la parte contraria demuestre tu culpabilidad. Cosa que no debe ocurrir en ninguna otra parte del mundo.
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