Como catalán, una de las cosas que más me jode del proceso es el complejo de superioridad que ha generado. Al menos en algunos. Es curioso porque, durante años, el catalanismo acusó a la izquierda de sufrir este complejo. Ahora lo tienen ellos.
Empecé a sospecharlo el día que, en un debate en BTV en el 2014, una de las tertulianas, Míriam Nogueras, dijo que la corrupción de la familia Pujol era culpa de España. Como si el expresidente hubiera nacido en Valladolid o Salamanca -pongamos por caso- en vez de Barcelona.
Iba en representación del Cercle Català de Negocis, uno de los múltiples chiringuitos nacidos al amparo del procés, pero con afirmaciones como ésta hizo méritos suficientes para acabar de diputada en el Congreso por el PDECAT.
La presidenta de la Academia del Cine Catalán, Isona Passola, ha vuelto ahora poner de manifiesto este complejo -algunos lo denominan supremacismo- con sus declaraciones en las que defendía apartarse de “toda esta miseria mental, social, política y cultural” que, a su juicio, representa el Estado español.
Es cierto que las dijo en caliente durante una manifestación a favor de los Jordis pero lo dijo. No deja de ser curioso, en todo caso, que lo diga una persona que fue productora de una película Pa negre, que consiguió nueve estatuillas en la gala de los Goya del 2016.
O que recientemente haya asumido el reto de producir otro film, Incerta glòria, a partir de al novela homónima de Joan Sales. El primero en denunciar en formato literario -y todavía bajo el franquismo- los excesos anarquistas en la retaguardia republicana.
La película ha tenido el apoyo, entre otros, del Ministerio de Educación y Cultura, RTVE, Movistar o la televsión de Aragón. Instituciones todas ellas representativas de la misma “miseria mental, social, política y cultural” que tanto critica. Sólo el ministerio aflojó 600.000 euros.
Por cierto, creo que la Academia que ella preside ha vuelto a confiar la gala de los Gaudí en Lluís Danés y al equipo de guionistas de Toni Soler. A pesar de la polémica del año pasado con acusaciones de plagio. Danés ha dirigido también algunas de las performances más brillantes de la ANC. No sé si pensar mal. Parece que todo queda en casa.
En fin, lo que más me duele no son las opiniones de Isona Passola, que también, sino las actitudes. Porque ella es una de aquellas personalidades de la cultura catalana que alentaron la idea de que la independencia sería coser y cantar.
En el 2014 ya produjo el documental L’endemà, coproducido por TV3 emitido en prime time, en el que todos los que salían eren indepes pata negra: Xavier Sala i Martín, Germà Bel, Jordi Basté, Eduardo Reyes, Vicenç Villatoro, Joan Manuel Tresserras, Raül Romeva, entre otros.
Además, fue muy innovadora en materia audiovisual. Fue la primera que comparó España con un hombre que maltrata a su pareja. Luego la metáfora ha cundido. Y veo que con el tiempo tampoco ha cambiado de opinión. Al contrario.
En fin, ya ven como ha acabado todo de momento: con medio gobierno en prisión, el Parlamento disuelto y la vergüenza de ver como nos convocaban elecciones desde Madrid. Pero, por supuesto, la culpa no es nunca de ellos. Siempre es de España.