Cuando Pujol cumplió 80 años TV3 le dedicó un documental a medida a cargo de un periodista de confianza, Miquel Calçada.
Digo de confianza porque fue el locutor que estrenó Catalunya Ràdio, con 18 años, y porque Francesc Homs lo incluyó como candidato al Senado en las elecciones generales del 2016. No salió.
En un momento determinado de la entrevista Calçada le preguntó al expresidente:
- “¿Cuál es el momento en el que nos tendríamos que haber consolidado?”
Es decir: ser independientes.
Pujol, tras unos instantes de duda, contestó que “probablemente en el siglo XV, en el siglo XVI ya habíamos perdido”.
El gran trauma de la historiografñia catalana -o al menos de la más nacionalista- es, en efecto, por qué Catalunya no se consolidó como estado independiente cuando tocaba.
Es el Síndrome del Minotauro, tan bien descrito por Vicens Vives: la falta de manejo del poder.
Evidentemente, al hecho de no consolidarse Catalunya como estado independiente se han atribuido todo tipo de causas.
El famoso lo mal any primer.
Que si malas cosechas, plagas, epidemias e incluso la Peste Negra.
Como si otras naciones europeas no hubiesen parecido desgracias iguales o superiores.
Inglaterra perdió el 40% de la población con la Peste y luego construyó un imperio.
Por eso creo que el proceso ha despejado todas las dudas: sencillamente no sabemos gobernarnos.
Ya sé que es una visión determinista de la historia. E incluso fatalista.
Pero a los hechos me remito: ¿Cómo quieren gobernar una República si no saben gobernar ni una comunidad autónoma?
Llevamos diez años marenado la perdiz.
¿Se ha conseguido algún objetivo del proceso?
No
¿Estamos peor o mejor que hace una década?
Peor.
¿Qué balance puede exhibir Pere Aragonès, que gobierna desde hace año y medio?
Al menos no ha colgado ninguna pancarta en Palau como su predecesor.
Pero lo del Acuerdo de Claridad no cuela. Hasta la Moncloa lo ha dejado claro. Se acabó la mesa de diálogo.
De hechos tangibles: la educación gratuita de cero a tres años, la retirada del amianto y la gratuidad de los higienistas dentales.
Aparte de eso intentar gobernar con 33 diputados de 135.
Cuando presentó los Presupuestos presumió de que era la primera vez en diez años que se presentaban puntualmente.
Ahora, ni eso.
Y me ahorro la obra de gobierno de sus antecesores.
Mas fue la consulta del 9-N y aterrizar en helicóptero en el Parlament.
Puigdemont la DUI para salir corriendo por patas.
Torra, la citada pancarta en la fachada.
Llevamos más de veinte años perdiendo miserablemente tiempo y energías.
En plena revolución tecnológica, el resto de países no esperaran a que Catalunya sea independiente.
Por eso la decadencia de Catalunya en el siglo XXI será peor que la de la Edad Media.
Si no lo remediamos seremos Valonia, no la Dinamarca del Sur.
Y estamos casi ya en un punto de no retorno. Traspasado es pendiente hacia abajo.