Sí, ya sé que el proceso va de baja.
Y que incluso los indepes, muy en su línia, piensa más en las vacaciones en la Costa Brava que en una nueva DUI.
Pero han estado durante diez años diciendo que estaba a “tocar”, “marxem”, “hem passat pantalla”.
También que hay “represión”, “presos polítcos”, “gobierno en el exilio”.
¡Incluso a través de medios públicos como TV3!
En suma, que España es una dictadura.
Son chavales que empezaron a oir estos mensajes en la ESO y ahora están en la Universidad.
Y ya se sabe que, contra las dictaduras, esta legítimida la violencia.
De hecho, en el proceso, ya ha habido dos muertes.
Una aquel turista francés que le dio un ataque al corazón y la ambulancia no llegó a tiempo por la okupación del Aeropuerto del Prat.
Y luego la víctima mortal de Rodrigo Lanza, aquel antisistema elevado a los altares por el documental Ciutat Morta y la propia Ada Colau.
El único pecado era llevar unos tirantes con la bandera española … ¡En Zaragoza!
Sí, insisto: ya sé que dicen que Catalunya es un pueblo maduro, transversal y toda la pesca.
Pero los japoneses -un país donde no abunda la violencia política- pensaban lo mismo de ellos hasta el asesinato de Shinzo Abe el pasado viernes.
¡Nada menos que un exprimer ministro! ¡A plena luz del día!
Paradójicamente un exmiembro de la Armada nipona.
Y eso que Abe optó por recuperar el orgullo nacional e incluso la remilitarización ante el creciente poder de China.
En el 2019, un indepe le lanzó pintura amarillo por detrás a Jordi Cañas.
En los años de plomo de ETA quizá le habrían pegado un tiro por la espalda.
Me quedó tan grabada la noticia que -como la muerte de Lady Di o el asesinato de Ernest Lluch- recuerdo que estaba en la Meridiana y le llamé inmediatamente.
Estaba bien de ánimo y lo atribuía a un hiperventilado.
Pero espero que no tengamos un día un disgusto.
Hay mucha mala leche acumulada.