En las pasadas elecciones autonómicas en Cataluña, volvió a ganar en escaños el independentismo. Se volvió a incidir en la sobreponderación del voto de las provincias más nacionalistas como Lérida y Gerona, consagrado en la célebre disposición transitoria del Estatuto, que sigue vigente tras 40 años, a falta de una ley catalana propia.
Esta sobreponderación es cierta, ya que según mis cálculos, aplicando la ley española, a Barcelona le corresponderían 97 escaños, 15 a Tarragona, 14 a Gerona y 9 a Lérida.
No obstante, aún con esa hipotética distribución, según los resultados del 14F el independentismo continuaría teniendo una mayoría absoluta de 71 escaños.