Cada vez asaltan más dudas sobre Feijóo.
Es cierto que no he votado nunca al PP.
Y tampoco soy un pepeólogo o un genovólogo, aquellos periodistas especialistas en el Partido Popular.
Como los kremlinólogos de la Guerra Fría, que interpretaban los movimientos internos en la cúpula de la URSS según avanzaban o retrocedían sus dirigentes en el desfile del 1 de Mayo en la Plaza Roja de Moscú.
Pero lo he dicho siempre: los países, para avanzar, necesitan liderazgos sólidos y honestos a derecha e izquierda del arco parlamentario.
Y tal y como está el patio, más vale el PP que se apresure.
Por eso, no sé si Feijóo es el hombre.
Creo que ya falló en eso tan importante en política como el tempo: tomar la decisión correcta en el momento adecuado.
En el 2018 no se atrevió. Por los motivos que fueran, pero no se atevió.
Hasta la defenestación de Casado han pasado cuatro años. Cuatro años perdidos.
Si no gana en el 2023, o cuando sean, serán otros cuatro años.
Aunque, si la derrota no es muy abultada, supongo que se merece otra oportunidad.
Pero el no haber aceptado entonces lo ha relegado al Senado.
No es lo mismo la cámara alta que el Congreso, donde Cuca Gamarra acapara los focos.
Tampoco sé siquiera si llegó con equipo propio. Es verdad que se trajo de Madrid al pesidente del PP de Galicia, Miguel Tellado, ahora número tres del partido como vicesecretario de organización.
Pero el coordinador general, Elías Bendondo. (Málaga, 1948) venía del PP andaluz y Borja Sémper (Irún, 1976) del PP vasco.
Aunque lo que falla creo que es la estrategia. Feijóo es gallego. No lo digo en el sentido geográfico del término sino político: nunca sabes si va o viene.
Lo veo más pendiente de desmarcarse de Vox que del PSOE.
Por favor, que alguien le diga que a quien tiene que vencer es a Pedro Sánchez.
Voy a poner dos ejemplos: una aquella entrevista de Cuca Gamarra en la que se confesaba más cerca de los socialistas que de Vox.
O aquella otra del citado Elías Bendodo, ésta en El Mundo, en la que afirmaba que “nadie de centroizquierda” se sentiría incómodo con Feijóo.
¿Se cree que van a pesar votos en los caladeros del PSOE? Tiene más opciones de arañar por la derecha que por la izquierda.
Antaño las elecciones se ganaban desde el centro pero yo creo que ahora la gente busca, en un político, convicciones firmes e ideas claras. Sean cuáles sean.
Políticos, no veletas.
Negar, por ejemplo, que no pactarás con un determinado dirigente porque “el 95% de los españoles” no podría dormir y acabar pactando poco después.
Y creo que Feijóo ha cometido, como mínimo, dos patinazos.
Uno el pasado 26 de Enero en Barcelona, al día siguiente del atentado terrorista en Algeciras, cuando dijo que “no verá usted a un católico matar en nombre de su religión. Otros pueblos tienen algunos ciudadanos que sí lo hace”.
Rectificó la misma tarde.
Pero si era la pura verdad. No es que los cristianos no hayan matado en nombre de Cristo -por ejemplo con la Inquisición- pero felizmente hace siglos que ya no ocurre.
El otro patinazo ha sido este martes en el Senado cuando ha salido en defensa de “la gente de bien”.
A mí, personalmente, me parece una aberración lo de poder cambiar de sexo a los 16 en un país en que no te puedes tomar una cerveza hasta los 18.
Pero le puso la réplica a Sánchez en bandeja: “este gobierno defiende la mayoría social de este país” porque, en efecto, tiene mayoría parlamentaria.
Algo impropio en un personaje que lleva más de treinta años en política. Oficialmente el 1991 cuando fue nombrado, por primera vez, para un cargo oficial: secretario general técnico de la consejería de Agricultura.
Además, aquí en Catalunya ya tuvimos que aguantar a los indepes que también iban dando lecciones sobre buena o mala gente. De hecho, el lema ahora de Junts es "Gent de debò". "Gente de verdad", como si el resto fueramos fake. Muy en su línea.
Aunque yo creo que el principal error de Feijóo -y de su equipo, si lo tiene- ha sido subestimar a Pedro Sánchez.
Sánchez es un superviviente nato -no en vano escribió o le escribieron un libro titulado Manual de resiliencia-, va tirando de cheque -a pesar de que la deuda es ya del 115% del PIB-, tiene Von der Leyen a favor y la presidencia de la Unión Europea al final de su mandato.
Por eso: ¿Feijóo es el hombre?
Porque si no gana de lo que estoy seguro es que España estará peor dentro de cuatro años.
Sospecho que Pedro Sánchez dejará un desierto. Incluso para el PSOE. Y eso tampoco es bueno.