La Punteta · 23 de Gener de 2016. 21:37h.

XAVIER RIUS

Director d'e-notícies

La democracia, según CDC

El mismo día que el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull, decía que el gobierno en funciones del PP tiene "tics antidemocráticos" o retrocede "hacia el siglo XVIII" por llevar al Constitucional la nueva consejería de Exteriores ha salido elegido el nuevo alcalde de Girona, Albert Ballesta, con los únicos votos de su propio partido.

El complejo de superioridad de CDC hacia la pérfida España tampoco viene de ahora. Todo un ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, también ha dicho a menudo que es "una democracia de baja calidad" o que mantiene "vestigios de su pasado predemocrático". Como el hasta hace poco consejero de Presidencia, Francesc Homs, que ha negado a veces que fuera "un estado de derecho". Esto que España es casi una dictadura en comparación con Catalunya se ha añadido incluso la emisora pública Catalunya Ràdio.

Ahora, al parecer, en Girona han empezado a construir el nuevo país: se trata de que uno que no salió ni de concejal -iba 19º en la lista, CiU sacó diez- acabe de alcalde por deseo expreso de su antecesor, Carles Puigdemont. Este iba también de tercero en la lista por Girona pero tras una jugada de billar ha terminado de presidente de la Generalitat.

Al nuevo alcalde nadie le conoce mérito político alguno -salvo cinco años director de los Servicios Territoriales de Interior en Girona-, pero se ha apresurado a decir que su elección responde a "la excepcionalidad" del momento. Mejor ir con cuidado porque Pinochet también debía apelar a la excepcionalidad para justificar su golpe de estado.

El presidente no ha ido a la toma de posesión por problemas de agenda -debía estar recibiendo Miss Mundo, la catalana Mireia Lalaguna-, pero el consejero de Interior, Jordi Jané, se ha apresurado a decir que "Albert Ballesta es un gran servidor público, cercano a las personas y con mucha implicación ". Tan cercano a las personas que iba 19º en la lista. Dado que Sánchez llegó al cargo el pasado 15 de junio han convivido apenas medio año.

Convergencia llevaba treinta años esperando conquistar la alcaldía de Girona para terminar poniendo un alcalde a dedo. Esto no ha sido una sucesión: ha sido una operación quirúrgica. Han tenido que renunciar ambién los ocho miembros de la candidautra que le precedían y que no habían sido elegidos para hacer correr la lista, incluida la hasta ahora alcaldesa en funciones.

La oposición, claro, no se ha podido estar: La portavoz de ERC-MES, Maria Mercè Roca, ha advertido que aumentará "la distancia entre la política y la gente". Laia Pèlach, de la CUP, que han hecho "un flaco favor a la democracia". Silvia Paneque, del PSC, que es una "falta de respeto a la institución". Mientras que Miriam Pujola, de Ciudadanos, ha pedido que CDC aplique la democracia "a su propio partido". Finalmente, Concepción Veray, del PP, ha definido la maniobra de "fraude democrático". Lo que es increíble es que el resto tragaran. La dignidad, en política, lo es todo.

De hecho, todos los partidos, excepto el PP -que se ha votado a sí mismo-, han hecho un voto nulo donde estava escrito "Girona quiere democracia", según explica la crónica del Diario de Girona, el mejor informado en estos casos. Siempre que hablan de un país nuevo pienso que, en algunas cosas, nos podríamos poner ahora mismo. No hay que esperar a la independencia.

Últimamente, Convergencia se ha acostumbrado a "corregir" en las urnas lo que no ha conseguido en las urnas. ¿Se imaginan que esto lo hubiera hecho el PP?.

 

 

Xavier Rius es director del digital catalán e-notícies

 

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