Sólo hay que leer a Josep Pla para darse cuenta de que el respeto a la propiedad privada es la base de la civilización occidental. También el clima húmedo, que facilita la instrospección y el trabajo. En otras palabras: el espíritu del capitalismo.
Viene a cuento por Cristina Cifuentes. ¿Cómo pudo robar una persona que en esa época era vicepresidenta de la Asamblea de Madrid? Aunque fueran unas cremitas. Peor: una persona que, con el tiempo, llegaría a Delegada del Gobierno en Madrid (2012-2015): ¡El cargo del que dependen en cada comunidad las fuerzas de seguridad del Estado!.
Poco importa que huela a ajuste de cuentas dentro del PP de Madrid. En cuanto llevó a la fiscalía lo de la Ciudad de la Justicia los otros -sean quienes sean los otros- debieron decir: te vas a enterar.
Lo peor de todo es que, probablemente, la cúpula del PP lo sabía. Y sin embargo hicieron la vista gorda. Los partidos deberían ser los primeros garantes de sus dirigentes. Da igual a estas alturas que el vídeo sea ilegal. Ha conseguido el efecto deseado.
Otra cosa es la ley de desalojo exprés. En mi opinión se queda corta porque se precisan dos meses para echar a los okupas. Todo el que invade una propiedad privada debería ser desalojado de inmediado. Y con consecuencias judiciales.
Desde luego, si hay gente necesitada que recurran a los servicios sociales. Para eso existe el Estado del Bienestar. Pero nadie debería tomarse la iniciativa por su mano. Parece mentira que la clase política haya tardado tanto en reaccionar. Había una total impunidad. Una verdadera mafia. En cuanto ocupaban una casa ajena era un calvario.
Ha sido un verdadero caos. Incluso los bancos, tras la crisis inmobiliaria, toleraban la ocupación por miedo a la PAH o al qué dirán. Todos han sido responsables. Empezando primero por los propios okupas. A continuación la clase política, los medios de comunicación, los jueces, las ONG.
¿Ya no recordamos aquel edificio entero de Calonge que alquilaban? ¿La ola de ocupaciones en localidades turísticas? ¿El entonces alcalde Xavier Trias pagando el alquiler de un edificio ocupado?
No hay que olvidar tampoco que los terroristas islámicos de Alcanar eran okupas. Quizá nos habríamos ahorrado las 16 víctimas mortales del atentado de las Ramblas si las administraciones se hubieran puesto las pilas antes y los jueces no hubieran mirado hacia otro lado. Ahí, los Mossos tampoco estuvieron finos.
Si hasta había un hueco de mercado: empresas que se dedicaban a desalojar -supongo que con malos modos- porque existía un vacío legal. En cuanto te ocupaban un piso había que dejar unos pañales. La Policía ya no se atrevía a intervenir. Y el propietario tenía que denunciar ladrones, no okupas porque si no el proceso legal se alargaba un par de años como mínimo.
Lo increíble, pues, no es que se haya aprobado sino que la izquierda haya votado en contra: PSOE, Podemos y ERC. Éstos todavía veen los okupas como si fuera un fenómento romántico: ¡los héroes de Mayo del 68!.
¡Incluso Esquerra ha votado en contra a pesar de que a su alcaldable por Barcelona, Alfred Bosch, intentaron ocuparle el piso con él durmiendo! Como se entere Manuel Valls, en el caso de que acepte, lo tiene fácil para el primer zasca electoral. La política no es para pusilánimes.
Abusando de su paciencia voy a contar una anécdota personal que ya avancé ayer en mi facebook. Un día, en el Mercadona, mi mujer me mandó a por galletas. Nos las habíamos olvidado.
Como iba sin el carrito me las puse en el bolsillo de la chaqueta. Al pasar por caja ni me acordé. Poco después me di cuenta de que me las había llevado sin pagar. Volví al establecimiento y aboné su importe. Hasta las cajera se mostró sorprendida. Creo que costaban 1,90 euros.
Y el otro día estuve, por motivos personales, en el hotel Ibis de Lleida -excelente relación calidad-precio, por cierto-. Tras la cena me llevé una cucharita para comerme el yogurt en la habitación. Al día siguiente la devolví. Faltaría más.
En cambio, en la piscina pública a la que intento asistir regularmente para cuidar mi maltrecha espalda hicieron los vestuarios nuevos. En cada taquilla pusieron un colgador. De plástico. En cualquier bazar chino debes poder comprar un paquete por un euro. Muy poco después ya no quedaba ninguno. Los propios usuarios se los habían llevado a casa.
A mi mujer le robaron las zapatillas durante la ducha. Presencié un día como a otro socio le abieron el armario, cerrado con llave, para llevarse cuatro duros un sábado a primera hora de la tarde (y me voy a ahorrar en este caso la nacionalidad para que no me acusen de racista). Incluso es desaconsejable llevar el móvil.
Lo dicho: la propiedad privada tendría que ser sagrada.