Los del proceso han empezado a dar lecciones de dignidad.
La semana pasada salieron en rueda de prensa la consejera Elsa Artadi y el comisionado del autogobierrno, Pau Villòria, para explicar los efectos atroces del 155.
A mí me recordó un poco a Jordi Pujol. Cuando, tras el estallido del caso Banca Catalana, salió al balcón del Palau y dijo aquello de: “D’ara endavant d’ètica i moral en parlarem nosaltres” ("De ahora en adelante de ética y de moral hablaremos nosotros").
Si se descuida.
En fin, como consecuencia del 155 parece que no pudieron hacer este año la campaña veraniega de prevención de incendios ni la de accidentes de tráfico.
Y hubo retrasos en las obras en algunas escuelas públicas. Esto ya la dijo en su día el conseller d’Ensenyament, Josep Bargalló.
Pero tiene gracia que lo digan porque vengo oyendo hablar de barracones desde hace casi veinte años.
De hecho, cuando él fue consejero de Educación con el tripartito allá por el 2003 -efímeramente, todo hay que decirlo- ya habían.
Luego está el impacto de 1.800 millones en las arcas de la Generalitat.
Bueno, en realidad son sólo 130 de afectación directa.
A mí me suena un poco como los 1.000 heridos por las cargas policiales del 1-0.
Con la excusa de la protección de datos nadie los ha visto.
Excepto Marta Torrecillas, la de los dedos rotos que se paseó por varios platós de TV3, y Roger Español.
Desde luego, una tragedia personal perder un ojo en estas circunstancias pero luego han trascendido unas imágenes en la que se le ve lanzando vallas contra la Policía.
Ni siquiera hubo las fotos de turno del president Puigdemont o el conseller Comín -con lo que le gusta salir en las fotos- visitando a los heridos
Por eso, en cuanto Pau Villòria habló de millones me vino a la memoria la adjudicación a Aigües Ter-Llobregat (ATLL).
Acciona y sus socios reclaman ahora más de 1.000 millones.
Él fue el que firmó el famoso contrato tumbado después por decisión judicial.
El Govern se hace el remolón pero tendrá -tendremos- que acabar pagando.
Como el entonces conseller de Territori Lluís Recocer se iba firmó Villòria, entonces número dos del departamento.
Además fue justo antes del nuevo gobierno de Mas -tomó posesión el 27 de diciembre del 2012- tras aquellas infaustas elecciones anticipadas.
Si el Tribunal de Cuentas aplica el mismo criterio que ha aplicado para los acusados del 9-N va a tener que pagar él de su bolsillo el desaguisado judicial.
Pero ya que que insisten en dar lecciones de dignidad recordar también que tras la aplicación del 155 no dimitió ningún alto cargo.
¡Todos continuaron cobrando!
Las retribuciones oscilan entre las 85.000 de un secretario general a las 82.000 de un director general.
Pero no sean malpensados: lo hicieron por el país, no por la pasta.
El secretario de estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, ya elogió en su día la colaboración de todos ellos.
Incluidos independentistas pata negra como Elsa Artadi o Pere Aragonès.
Por su parte, el PP destacó en el Senado el trabajo “eficaz” y “correcto” de la ahora titular de Presidencia. Por esa época directora general de coordinación interdepartamental.
El propio Bermúdez de Castro volvía a insistir la semana, en declaraciones a Josep Cuní, que Pau Villòria se comportó “lealmente”.
Deben doler los elogios porque el comisionado se defiende en una entrevista este lunes en El Punt-Avui.
“Pensamos -explica- que lo mejor que podíamos hacer era continuar en nuestros puestos porque era la manera de hacer de enlace entre toda la maquinaria administrativa de la Generalitat y la administración del Estado”.
Ya, ya.
Tampoco hay que olvidar que las actuales consejeras Artadi y Borràs continuaron al pie del cañón. Por supuesto, por patriotismo.
También evitaron dimitir -ésta última era directora de la Institució de les Lletres Catalanes- ni siquiera cuando fueron elegidas candidatas de Junts per Catalunya.
Aunque supongo que la campaña electoral -con tanto trasiego de viajes a Waterloo- les dejaba poco tiempo para dedicarse a sus tareas oficiales.
En efecto, sólo cesaron cuando fueron elegidas diputadas como establece la ley.
Voy a repetir para acabar la frase de Pujol: “D’ara endavant d’ètica i moral en parlarem nosaltres”.