Ada Colau afirmaba el pasado sábado sobre el atentado de las Ramblas en una entrevista en Catalunya Ràdio: "que se investigue todo lo que se tiene que investigar y que se aclare todo lo que se tenga que aclarar”. Muy bien alcaldesa, empecemos pues: ¿Por qué no pusieron bolardos?
Porque está era una competencia municipal y el Ministerio del Interior lo había recomendado encarecidamente. Tampoco había que ser un lince en lucha contra el terrorismo para darse cuenta de que, después de los atentados de Niza o Berlín, era el principal método utilizado para atentar en Europa.
De hecho, el propio ayuntamiento ha acabado poniendo estos obstáculos físicos en las zonas turísticas más concurridas como las Ramblas, Portal de l’Àngel o la Sagrada Família. El pasado mes de diciembre, antes de las aglomeraciones por las compras de Navidad, ya habían enmendado el error.
Pecamos -pecaron- de exceso de confianza. La Barcelona acogedora, la del no a la guerra, del volem acollir no podía sufrir una matanza. Cuando era evidente que estábamos en la lista. Incluso habíamos aparecido en propaganda del Estado Islámico.
Desde luego, también estoy de acuerdo con el diputado del PDECAT en Madrid, Jordi Xuclà, que ha pedido la comparecencia del director del CNI en la para que explique la relación del iman de Ripoll con los servicios secretos españoles.
El director del CNI, Félix Sanz Roldán, ya hace tiempo que tendría que haber comparecido para disipar cualquier sombra de duda: ¿era un confidente? ¿colaboraba con ellos? ¿se les pasó por alto?
Es increíble que seis meses después no haya habido una versión oficial de los hechos y la responsabiliada compete también a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, o incluso a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
Pero puestos a investigar hay que investigarlo todo. También el papel de los Mossos porque hay demasiados puntos oscuros: ¿Cómo puede ser que se confundiera la explosión de Alcanar con la explosión de una bombona de butano?. Ahí se perdieron unos días preciosos.
¿Cómo pudo uno de los terroristas huir de un control policial en la Diagonal tras recibir el vehículo más de una decena de impactos de bala? ¿Esta era la famosa operación jaula? ¿Y las versiones contradictorias sobre el joven fallecido hallado en el vehículo?.
Las autoridades catalanes deberían haber puesto fil a l’agulla y elaborar un informe sobre lo qué pasó como hicieron los americanos tras los atentados contra las Torres Gemelas. El famoso informe del 11-S con una descripción pormenorizada de los hechos. Es imposible prever el terrorismo pero aprender del pasado es la mejor manera de intentar evitarlo.
En cambio, aquí condecoramos a los Mossos con la medalla de oro del Parlament. El ambiente ya estaba caldeado por la política y dejamos al margen Policia y Guardia Civil. Pero como me dijo el periodista Ignacio Cembrero, uno de los expertos que tenemos sobre el tema, en una entrevista: “nunca una policía ha sido condecorada en Europa después de un atentado con muertos."
Suerte tuvimos que, en el fondo, los terroristas eran unos pardillos. Llegan a ser unos excombatientes de Siria y vuela en pedazos la Sagrada Familia. Suerte también que el mosso de Cambrils había pasado por la Legión porque él solo fue capaz de acabar con cuatro terroristas. Y no quiero pensar mal sobre el fallecido en las viñas del Penedés porque estaba desarmado, desorientado y hambriento.
¿Pero lo peor saben qué ha sido? No hemos aprendido la lección. Seguimos mirándonos el ombligo. TV3 ni siquiera hablaba de terrorismo islamista en sus informativos, en los debates preguntaban sobre la islamofobia y sus tertulianos culpaban a España por vender armas a Arabia Saudí. Como si los terroristas hubieran empleado un cetme en vez de una furgoneta.
Me ahorro la vergüenza de aprovechar una manifestación en recuerdo de las víctimas -la ANC copó la cabecera- para acabar insultando a las autoridades. Españolas, por supuesto. Los de la Assemblea debían tener hasta remordimientos de conciencia porque en la Diada pidieron un minuto de silencio y ahí sí que se guardó el respeto de manera escrupulosa.
O la rueda de prensa del mayor Trapero. Yo, lo de cargar contra dos periodistas con nombres y apellidos durante una comparecencia ante los medios no lo había visto. Es que ni José Luis Corcuera en su época de ministro del Interior. Y eso que era el de la patada en la puerta. ¿Los Mossos recibieron también avisos? Tanto de los Estados Unidos como de la Policía belga. Las pruebas -algunas salvadas in extremis de la hoguera- indican que sí.
En la declaración aprobado por el Parlament tampoco se atrevieron a hablar de atentados “gihadistas” y el día de la entrega de la medalla en cuestión ninguna de las cuatro personas que tomó la palabra -Puigdemont, Forcadell, Trapero y la periodista Lara Bonilla- pronunció la expresión maldita: terrorismo islámico. Si hubiera aterrizado un alguien de una galaxia lejana en ese momento hubiera creído que el atentado lo habían cometido unos marcianos.
Los terroristas eran de Ripoll, cuna de Catalunya, y estaban perfectamente integrados: hablaban un catalán perfecto. Pero eran tan impermeables a los valores occidentales que fueron capaces de bajar zumbando las Ramblas en zigzag a ver cuanta gente mataban. No se salvaron ni mujeres ni niños. Tampoco hemos sido capaces de hacer una reflexión sobre esto.
Lo he dicho muchas veces: Catalunya tiene más de 400.000 inmigrantes de religión musulmana. En algunas ciudades y barrios hay veradaderos guetos aunque ni las autoridades ni los medios de comunicación ni los expertos académicos quieren reconocerlo. Hasta los Mossos tienen problemas para actuar en algunas zonas. Sólo que un 1% -en realidad seguro que és más- abrazen el Islam más radical calculen cuantos salen. En realidad, con más de 80, somos la comunidad autónoma con más mezquitas salafistas.
Pero el Gobierno catalán ha preferido siempre mirar hacia otro lado por prejuicios ideológicos, por el miedo la qué dirán o para no caer en la incorrección política. Como en otros temas, el proceso lo ha tapado todo. El tiempo corre en contra nuestra. Se tendrían que haber tomado decisiones ya hace tiempo.
Sin olvidar que tenemos un expresidente que mezcla la última polémica sobre el castellano con el atentado o que dice que no hay que hacer política con el terrorismo y luego lanza mierda al Estado. Mientras que una exdiputado de la CUP ve conspiraciones y que explica la matanza por las batallas internas del PP. Catalunya, quién te ha visto y quién te ve. ¿En manos de quienes hemos estado?