Lo mejor del congreso del PDECAT ha sido, sin duda, el presidente Torra con una foto de Churchill en la solapa. Lo que me faltaba por ver: el hombre que se opuso a la independencia de Irlanda y de la India convertido ahora en un icono del proceso.
Me recuerda a Raül Romeva -ahora en la cárcel, todo sea dicho- el día que fue a Estados Unidos a hacerse una foto delante del monumento de Abraham Lincoln. ¡El presidente norteamericano que hizo una guerra civil para evitar el derecho a decidir de los estados del Sur!
Pero lo de Torra lo supera: Churchill fue, como Secretario de Estado para las Colonias, uno de los firmantes del Tratado Anglo-Irlandés de 1921. Es verdad que los irlandeses consiguieron su independencia pero les dieron gato por liebre.
El Ulster permaneció británico -ahí sigue- y quedaron tres puertos bajo soberanía inglesa hasta 1938. Churchill, siempre tan previsor, lamentó después no haber alargado el período un poco más porque la II Guerra Mundial empezó un año más tarde.
Por cierto, uno de los puertos, Queenstown, fue de donde salió el Titanic en su fatídico viaje inaugural. Con la independencia le cambiaron el nombre por el de Cóbh porque tampoco era cuestión de dejar el de “Ciudad de la reina”. Había sido bautizada así años atrás después una visita de la reina Victoria.
De hecho, los irlandeses fueron unos pardillos. En la delegación que negoció el Estado Libre de Irlanda estaba Michael Collins y otros. Pero en la británica hombres de estado curtidos en mil batallas como -además del propio Churchill- David Lloyd George. !El primer ministro que había ganado la Primera Guerra Mundial!
Collins dijo aquello de que había firmado su condena de muerte. Acertó: murió pocos meses después, durante la Guerra Civil, en una emboscada mientras hacía una inspección cerca de su localidad natal. También fue mala suerte porque de las 18 personas que iban en la comitiva sólo falleció él. Fue exceso de confianza o suicidio. Parece que se expuso demasiado.
Pero lo de tomar a Churchill como modelo es volver a retorcer la historia por parte del soberanismo. Después de Mandela, Gandhi y Rosa Parks ahora le toca el líder inglés. Juro que yo he visto pancartas en las que comparaban al primero con Mas o con Junqueras.
Debe ser por su lema de guerra “Never give in!” o el “we shall never surrender” que les espetó a los nazis tras la derrota de Francia. Pero al propio Winston Churchill le daría un soponcio -o le daría un guantazo a Torra- de enterarse que se ha convertido en el ídolo de un presidente catalán que definió un día a los miembros del CDR como “activistas sociales”.
Lo que le pasa a Torra -que estuvo en Reagrupament, la escisión por la derehca de ERC- es que no sabe exactamente dónde está y va dando bandazos ideológicos con tal de congraciarse con la CUP. Churchill fue un conservador toda su vida que perdió las elecciones tras ganar la Guerra por haber comparado a los laboristas con la Gestapo. El electorado inglés no le perdonó la exageración. Imaginen que mal estamos.