Se mueren de ganas por una guerra.
De hecho Torra anda preparando el terreno.
Este jueves ha retuiteado una entrevista a un experto en desobediencia civil.
Con la recomendación expresa de que todos los suyos la lean “atentamente".
¡El president llamando a somatén!
Tras Jordi Borràs, Bea Talegón o Ramón Cotarelo; Paul Engler se ha convertido en el nuevo referente del proceso.
Lo tienen a pan y cuchillo en la Corpo. Creo que lo han tenido en el FAQS, en las mañanas de Catalunya Ràdio y en las tertulias del Graset.
Un día habrá que estudiar cómo TV3 ha estado echando leña al fuego durante siete años. A veces incluso funciona como avanzadilla mediática.
Entre las opiniones del citado experto hay que destacar las siguientes: "si los catalanes desean ganar, deben polarizar mucho más. Presionar mucho más. Y aceptar altos niveles de sacrificio".
"Si quieres ganar es inevitable. Y otra cosa: mi predicción es que habrá más represión".
“Se necesitan enormes cantidades de sacrificio si el movimiento quiere ganar".
"El movimiento tiene que entender que debe polariza y protestar aunque haya represión y sacrificio”.
¡Hasta buscan mártires!: "morir como un mártir es inherente a los movimientos ganadores".
¡Venga, valientes! ¿Quién es el primero?
Yo, la verdad, en esto de la desobediencia civil coincido plenamente con aquel jefe de los Mossos que decía que la “resistencia pasiva” no existe, es simplemente resistencia. Pues eso.
Es la gran tragedia del proceso. Al ser una revolución pija nadie se atreve a asaltar el Palacio de Invierno.
Sin duda, la última revolución burguesa de la historia.
Y las revoluciones -lo he dicho desde el principio- las hacen los descamisados, los oprimidos, los que no tienen nada que perder.
Como los sans-culottes de la Revolución Francesa o los mineros de Asturias en 1934.
No gente que veranea en la Cerdaña, Menorca o Cadaqués.
¡Exconsejeras que visten de Armani cortando la Meridiana! Para más inri de Cultura. Son como niños.
Pero están jugando con fuego.
Torra parece que vaya excitando al personal.
Ya lo dijo hace nos días en una entrevista a un diario flamenco: “lamentablemente parte de la población parece preparada para hacer servir la violencia”.
Más claro agua.
Quiere y no puede.
Aunque, como gobernante, decir esto es de una irresponsabilidad tremenda.
Una chispa puede encender todo el bosque.
Como si fuera verano.
Quieren muertos mientras no sean sus muertos.
Alguien que sirva de carne de cañón.
Son de los que tiran la piedra pero esconden la mano.
Al fin y al cabo Torra sólo se ha atrevido a colgar una pancarta.
Pero yo andaría con cuidado.
Están jugando con fuego.
Estas cosas se saben como empiezan pero no como acaban.