Nuestra sociedad se ve reflejada en la crisis de Ucrania. Un okupa invade tu casa y te ataca. Si te resistes a defender lo tuyo, eres un facha. Nadie te ampara. Tú resistes solo.
La sociedad lo mira de lejos. Solamente cuando otros vecinos toman conciencia de que les pueda suceder a ellos también, se produce una solidaridad de inermes. Nadie ha hecho nada para dotarnos de un marco legal, medios económicos y un mandato claro para los que tienen que velar por nuestra seguridad.
En una sociedad con principios difusos, progre y “buenista”, suceden estas cosas. Hemos tolerado que pisoteen nuestros derechos y además nos chantajean. Ahora tenemos que soportar la dictadura de los vándalos y nos lamentamos…