Uno de los efectos más divertidos del proceso han sido los bandazos ideológicos del PDECAT. La liaron, tras el batacazo intentaron frenar y ahora vuelven a embalarse. Como el resto del soberanismo, por otra parte. Encajonados entre Puigdemont -que les acaba de dar carbazas- y JxCat buscan su espacio. Cada vez más reducido.
Por eso la coordinadora general, Marta Pascal, acaba de anunciar desde Bruselas el fichaje del exconsejero Lluís Puig como uno de los futuros vicepresidentes del partido. Es también voluntad de supervivencia de la propia Pascal, a la que le ha salido un rival interno: el alcalde de Molins de Rei, Joan Miquel Casals. Tiene que estar muy desesperada para maniobras semejantes.
¿Pero quién es Lluís Puig i Gordi (Terrassa, 1959)? No entraré en el perfil profesional. Fue bombero profesional entre 1981 y 1991, una profesión tan respetable como cualquier otra. En realidad mucho más. Véase lo que está pasando Tailandia.
Ni en el hecho de que llegó a consejero directamente desde la dirección general de Cultura Popular tras el ascenso entonces de Santi Vila a conseller de Empresa. Aunque no parece ésta de las más complicadas en el organigrama de la Generalitat. Prisiones, por ejemplo, tiene mucha más responsabilidad. Siempre se te puede fugar alguien.
O que fue aquel que se fugó a Bruselas, volvió junto con Mertixell Borràs, se lo repensó y se volvió a ir. Sin duda, un hombre de fuertes convicciones e ideas claras. Yo tengo grabada una imagen de Lluís Puig que difícilmente se me olvidará nunca. Era el último consejo nacional del PDECAT antes de, como decía, liarlar definitivamente: el 18 de octubre del 2017.
Se celebraba en el auditorio del World Trade Centre de Barcelona. En el puerto de Barcelona, no lejos de una de las torres del teleférico de Montjuïc. Donde está el hotel Eurostars Grand Marina, un estableciminento de gran lujo. El entonces conseller llegó sólo.
No lo conocía nadie. En serio. Estábamos la prensa haciendo guardia. Los fotógrafos agolpados a la puerta tomaban imágenes de los dirientes que iban llegando. Algunos impulsores del proceso: Jordi Turull, Lluís Corominas, Lluís Guinó, Neus Lloveras. Por supuesto, también otros como Artur Mas o Xavier Trias. Él pasó absolutamente desapercibido. Para la prensa y para los militantes.
Pues éste será uno de los futuros vicepresidentes del PDECAT. No deja de ser una metáfora de lo que se está convirtiendo la otrora poderosa Convergencia. Una formación que, con Pujol, gobernó Catalunya durante 23 años. Y que alcanzó su cenit en el 2011: mandaban en la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y las cuatro diputaciones catalanas. Sólos o con ERC.